viernes, 4 de diciembre de 2009

"Melilla y el Automóvil en el siglo XX"




Presentación del libro "Melilla y el automóvil en el siglo XX"


Acto celebrado el 20 de septiembre de 2007 en el Palacio


de Exposiciones y Congresos de Melilla




Esta publicación responde a una inquietud largamente sentida por las personas que hoy aquí les presentamos este libro, y que debido a nuestra afición común, la cual es el automóvil, o por razones del campo profesional donde nos hemos movido, siempre hemos acariciado la idea de recopilar la dispersa información existente sobre la evolución y desarrollo de estos ingenios mecánicos que comenzaron ha llegar a Melilla en 1909, y dejar constancia escrita de su historia.

La idea de esta publicación es conocer y dar a conocer, de la forma más completa posible, las circunstancias del inicio del fenómeno automovilístico en nuestra ciudad, la llegada de los primeros vehículos motorizados, el desarrollo del parque motor y su avatares a través de los diferentes condicionamientos políticos-militares y socio-económicos derivados de ellos, los problemas de convivencia delos vehículos a motor con los de tracción animal, y la paulatina e inexorable sustitución de estos últimos.

Es evidente la importancia de la aparición del automóvil – sin duda el elemento mas significativo de la revolución industrial-y el posterior gran desarrollo de la industria a que dio lugar, que experimentó un gran auge desde el primer cuarto del siglo XX, favorecido por la abundancia tanto de mano de obra como de materia prima y sus derivados e impulsado por los requerimientos de vehículos para uso bélico, propiciando todo ello la instalación de grandes factorías hasta llegar a la potente industria del automóvil que moviliza gran parte del capital mundial y que da empleo a millones de personas, llegándose a denominar la “Era del Automóvil” al periodo señalado desde su aparición hasta nuestro días.

A principios del Siglo XX llegaron a Melilla los primeros vehículos a motor tratándose de camiones para uso militar. El 6 de Agosto de 1909 comenzó a prestar servicio el primer vehículo de tracción mecánica, el denominado Armón nº7, un camión de la marca S.A.G. procedente de la Comisión de Experiencias de la Escuela Central de Tiro, Sección de Artillería, en periodo de pruebas y para facilitar el transporte de material y municiones de la Comandancia de Artillería de Melilla. Este camión en compañía de otros tres de la marca Daimler y Schneider constituyeron la primera unidad operativa de automovilismo del Ejército Español en acción de guerra.

El primer vehículo tipo turismo en circular por las calles de Melilla y su zona de influencia fue el matrícula MA-25, propiedad del acaudalado malagueño Amaro Duarte Moreno. Un vehículo marca Peugeot, descapotable y 9 H.P. de potencia. Fue desembarcado el día 23 de agosto de 1909, su dueño pasó a prestar servicio como soldado voluntario-conductor junto con el coche, pasando a formar parte de la Sección de Automovilismo de la Comandancia de Ingenieros de Melilla, actuando como órgano de enlace y transmisión de órdenes.

Hasta el año 1914 no comenzaron a llegar a la ciudad los primeros vehículos a motor propiedad del vecindario. Un auto de la marca Beux y fabricado en Alemania, fue adquirido por la adinerada familia Salama. desembolsando por él la respetable suma de 14.500 pesetas. A este siguió un Ford comprado por Pablo Vallescá, médico y presidente de la Cámara de Comercio. También la Junta de Arbitrios, decidió contar con dos vehículos regaderas marca Albion fabricadas en Inglaterra. Al igual que la Comandancia General dispuso de un nuevo Ford, y los pilotos de la escuadrilla de aviación establecida en Zeluán, de varios autos de la misma marca Ford.

A partir de que en 1914 circularan por las calles de la ciudad varios vehículos automóviles civiles, la Junta de Arbitrios dispuso que éstos portaran matrículas con la letra M por contraseña seguida del oportuno número de registro. Disposición errónea, pues el Gobierno Civil de Madrid, anteriormente, desde 1907 ya venía utilizando la misma letra M en los coches allí matriculados.

En año 1917 comenzó los exámenes de conductores e inspección previa de autos para su inscripción en el registro de matrículas, ya por supuesto, con la contraseña ML, para no coincidir con la utilizada por la capital de España. La matrícula ML-1 correspondió a un vehículo marca Jeffery con carrocería tipo torpedo doble faetón propiedad del importante empresario Juan Muñoz Orozco y las primeras pruebas para la obtención del permiso de conducir en Melilla, fueron realizadas por José Frías García el día 10 de marzo de 1917 consiguiendo en este mismo año un total de veinte personas el preciado “Certificado de aptitud para conducir por todas las carreteras de España, automóviles que estén ya reconocidos y autorizada su circulación” que era como se llamaba el actual permiso de conducir.

A partir de esta fecha fue aumentando el número de vehículos lentamente pero de manera inexorable, experimentándose un fuerte incremento de los vehículos a motor con ocasión de la Campaña de 1921. No solo por la influencia de la presencia militar, sino también por el gran desarrollo de la actividad minera y por la consecuente llegada a Melilla de personas de empresa y de profesionales liberales, que contribuyeron de manera decisiva en el auge económico de nuestra ciudad, se produjo el incremento del parque móvil y toda las industrias que lo rodeaban, incremento que siguió a gran ritmo salvo en ocasiones excepcionales como las derivadas de la Guerra Civil o de la Segunda Guerra Mundial, que provocó la severa escasez de Combustible (que obligó a la utilización del gasógeno), la escasez de neumáticos o de simples repuestos.
Tras superar las penurias de la década de los 40, a mediados de los 50, se empieza a modernizar el parque móvil, no solo por la incipiente bonanza económica sino también por el carácter de Puerto Franco de Melilla. Es en esta época donde empiezan a surgir, sobre todo en el Barrio Industrial, todos las talleres de reparación (muchos de ellos en activo), tanto de mecánica como chapistas, pintores e incluso fabricantes de carrocerías para autobuses y camiones.

Es ya a partir de la década de los 60 y 70 cuando se produce el boon de venta de vehículos y motocicletas, y por tanto el desarrollo de la industria paralela, la aparición de los primeros atascos y los problemas de aparcamiento y así hasta la actualidad. Lo que empezó siendo la historia de un juguete caro, se ha convertido en la habitual de lo cual casi genera nos dependencia.

En Melilla, al igual que en cualquier ciudad moderna, el vehículo automóvil constituye un factor de gran incidencia en la vida diaria tanto para el propio transporte como por constituir un factor determinante en el desarrollo urbanístico.

Las peculiares características de Melilla y el proceso de su desarrollo han hecho que el devenir del automóvil en ella adquiera características peculiares que merecen la pena ser conocidas por su indudable interés y a ello va destinada esta publicación con la esperanza de que constituya el primer eslabón para el conocimiento mas profundo y completo de la historia del automóvil en Melilla.


F. Navajas



Asociación de amigos del Museo del Automóvil de Melilla








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